martes, 9 de diciembre de 2008

Perdóname

La hizo llorar... Él no quiso hacerlo, pero la hizo llorar...

Había surgido el tema de la otra parte de la familia, los despredicios que ella, su madre, decía que le hacían a él, su hijo... y que tan poco le importaban a éste.

Él le decía que le daba lo mismo, y que vivía su vida... Ella callaba...

Sus labios empezaron a probar sus propias lágrimas, que caían sin querer por su cara. Sabía que su hijo no entendería su rabia hasta que él fuese padre... y que entonces recordaría sus lágrimas.

El padre pensó que lo mas adecuado sería volver a casa. Su hijo volvió a ponerse en el asiento del copiloto para dejar que el que condujese fuera su progenitor. Para cuando llegasen a casa estarían los ánimos más calmados...


Cerca de allí, también en aquella parte de la ciudad en la que se estaba construyendo nuevas viviendas y dónde los novatos intentaban aprender a conducir, una pareja empezó a discutir...
Hasta que él le tapó dulcemente la boca a ella, y luego la sonrió... Era su forma de decir que discutir no servía de nada... Era su modo de pedir perdón.



Amaral- Perdóname

Perdóname...
por todos mis errores...
por mis mil contradicciones...
por las puertas que crucé...

Disculpame...
por quererte igual que antes...
y por no poder callarme...
ni siquiera hoy lo haré...

Hay...
demasiados corazones sin consuelo...
y es demasiado frío este momento...
cuando siento que te pierdo...

Entiéndeme...
por todas mis locuras...
que fueron la mitad mas una...
de las que te he visto hacer...

Discúlpame...
si te duele lo que veo...
demasiados buitres negros...
tu eres demasiado bueno para ellos...

tu eres demasiado bueno para ellos...

Hay...
demasiados corazones sin consuelo...
y es demasiado frío este momento...
cuando siento que te pierdo...

Hay...
demasiados corazones sin consuelo...
y es demasiado frío este momento...

Hay...
demasiados corazones sin consuelo...
y es demasiado frío este momento...
cuando siento que te pierdo...

jueves, 13 de noviembre de 2008

Súper Súper-Héroes

- ¡Tenemos que encontrarle!- Dijo, por fin, el Chico Tentáculo.

- Si tus poderes sirviesen para algo útil sería más fácil encontrarle, ¿no crees?- Le contestó la Chica Purpurina.

- ¿¡Vais a empezar otra vez!?- Gritó el Señor Enigma.

- Ummmmm...

Se hizo el silencio...

- Chico Nose-Scout, ¿has encontrado algo?- Volvió a decir el Chico Tentáculo.

- Me ha parecido oler su rastro... Falta poco...



Mientras tanto, en la guarida de Mister Místico...




- ¿Chico Narrante?

- ¿Que quieres, Místico?- Le contesté.

- ¿Qué se supone que significan esas onomatopeyas?

- Umm... No sé, pero quedaban bien...






Hola, ahora el que os narra no es Chico Narrante, es Chico Tuerto...


- Mister Místico, ¡verás como al final me rescatan!- Gritó efusivamente Chico Missing, el Super-héroe del grupo Los poderosos (grupo bueno) secuestrado.

- ¡¡JA!! ¿En serio piensas eso?

- No... Pero es que mi poder es decir frases que queden como si de una peli se tratase...

Mister Místico le pidió a uno de sus secuaces, obviamente también perteneciente a su bando, el Bando Canalla, que le trajese una limonada.


Al mismo tiempo, en el descampado dónde lucharon por última vez Los Poderosos y el Bando Canalla y dónde se le perdió la pista al Chico Missing...






- ¡Uff! Chico Cuesco, ¿otra vez te has...?

- Perdón...

- ¡YA! ¡YA LO HE ENCONTRADO!- Gritó el Chico Nose-Scout

- ¿El qué, el rastro de Chico Missing? Pues me extraña, porque estando aquí el Chico Cuesco cualquiera huele otra cosa...

- No, exactamente. He encontrado un nota en la que pone:

"El Bando Canalla tiene secuestrado a vuestro amigo en la antigua fábrica Mars Flash

Firmado: C. N."

¿Qué ocurrirá en la próxima entrega de Súper Súper-Héroes? ¿Recuperaré mi ojo? ¿A que viene que haya una segunda parte de una tontá como ésta? Las respuestas son: Tendrás que verlo, tendrás que verlo (cerrando un ojo) y porque no me da la gana escribir más.

(De momento) FIN

Texto: Súper Pegaso

Guión: Ninguno

Imágenes: Súper google...



martes, 30 de septiembre de 2008

Pasión

Él la llevaba en brazos. Ella se dejaba llevar... y besar.


Llegaron al dormitorio, y Él la posó sobre la cama. Para quitarse los zapatos, se dió la vuelta, de forma que vio la cajonera que había pegando a la pared, justo debajo de aquel espejo colgado. Se percató de que había una foto boca abajo. Sin si quiera proponérselo, se puso a sonreír. Sabía que allí había una foto del marido de Ella.


Cuando ya estaban en la cama, empezaron a besarse como si les fuera la vida en ello. Ella se levantó de repente, y le pidió a Él que esperase un poco, que tenía una sorpresa.


Al poco tiempo, vino con un recipiente de nata, unas pocas fresas y, en una cubitera, una botella de champán. Lo tenía todo planeado.


Empezaron a jugar, a divertirse y a rociar su cuerpos con un poquito del champán. Ninguno de los dos había hecho nunca algo así. Se lo estaban pasando en grande.



Al cabo de su debido tiempo, cansados ya de tanta fresa, nata y champán, empezó la verdadera acción. El juego resultó un mero calentamiento.


Él era de esos a los que les gusta dejarse hacer... hasta ese día. Sabía perfectamente que Ella quería ser, aunque sólo fuera por una vez, la que se dejaba hacer, y quería compracerla y tomar las riendas.





Ella estaba disfrutando como nunca. Le gustaba hacerlo con un desconocido. Además, sabía que su marido no iba a aparecer, así que no tenía prisa...


La noche fue pasando, pero el éxtasis no disminuyó. Los dos querían más...


A Ella ya le resultaba imposible aguantarse los gemidos. Estaba explotando...


Él, por su parte, siguió con la misma potencia, la cual estaba volviendo loca a su amante.


Ya era imposible seguir así. El éxtasis llegó a su dulce final. Fue tan espectacular como al descorchar una botella de champán.


Los dos acabaron rendidos, y se pusieron a dormir. Al amanecer ya no eran Él y Ella, eran María y Bruno, dos personas normales.

- Hola, cariño. ¿Te ha gustado el experimento?- Preguntó Bruno


- Ha sido la mejor idea de mi vida.

Ya se quitaron las caretas y dejaron de actuar, volvieron a la realidad. Una realidad de un matrimonio normal y corriente que decidieron adoptar los roles apropiados una noche apropiada... y con las personas apropiadas.


FIN


martes, 23 de septiembre de 2008

Post 100 % espontáneo

Me estaba preguntando que clase de post hacer (se me había ocurrido hacer un post tipo novela y todo...), y he llegado a la conclusión de que lo mejor será escribir lo que me salga en el momento. Y si queda como un "churro", como decís ahora los terrícolas, pues habrá que comprar tazas para todos y chocolate Paladín.



Claudia estaba preparando el pan y la pasta. No tenía necesidad de hacerlo porque podría comprarlos, pero le gustaba y disfrutaba haciéndolo, porque experimentaba con ellos y le podía añadir lo que ella quisiese. A Claudia le gustaba ser una hippie alimenticia.

Ya había amasado el pan, y lo estaba poniendo en un recipiente, con un paño encima, para que reposase (ella siempre supo que todo el mundo necesitaba reposar después de ser amasado).

Llamaron a la argolla de la puerta principal. El ambiente empezó a "tensionarse"...

A Claudia le empezaron a temblar las piernas. Sabía que el único que llamaría a su puerta tan temprano sería su hermano Ginés. Seguramente venía para pedirle dinero...

- ¿Qué quieres?- Le dijo ella, cuando abrió la puerta.

- Dinero... sabes que no es plato de buen gusto pedirte nada...

- ¿Y para qué lo quieres ahora?

- No tengo casi comida...

- Pues ya está. Te doy el pan que estoy haciendo y listo...- Le replicó Claudia, aunque ella bien sabía que el dinero no era para eso...

- ...

- Mira, Ginés, no voy a darte dinero. Y menos para lo que tú y yo sabemos.

- Pero... ¡Es una necesidad!, y sabes que ya casi ni vengo....

Claudia se dio cuenta de que su hermano tenía más callos en los brazos. Eso era señal de que se seguía pinchando, porque cuando te pinchas demasiadas veces en un mismo punto, se acaba formando un callo.

Claudia le cerró la puerta, y quizás parecerá extraño, pero no tenía remordimientos por hacerlo.

Al caer la noche, alguien tiró una piedra a la ventana de su habitacion que rompió el cristal. Dicha piedra era de tamaño considerable. Ella vivía sola, con lo cual el miedo la dejó paralizada. Sabía que nadie estaba ahí para protegerla.

Oyó la voz de su hermano, insultándola, ya no sólo a ella, sino también al hijo que perdió... A Claudia le estaba dando un ataque de ansiedad... hasta que todo se calmó de repente.

A la noche siguiente, ocurrió igual, y a la siguiente, y a la siguiente. Claudia empezaba a desear la muerte a su hermano... hasta que un día todo cambió. Ginés ya no vino más. Ella sabía que su hermano había muerto, pero no le importaba. En éstos últimos días le acumuló tanto odio que incluso se sintió aliviada.

A la mañana siguiente, Claudia siguió haciendose su propio pan, como si nada hubiese ocurrido...

Psd: Yo mismo me he dado cuenta de que el texto ha pasado de ser una cosa o ser otra (o esa sensación tengo). Pero no voy a corregirlo, porque no sería tan espontáneo si lo hiciera, además tengo prisa por comprar las tazas...

martes, 2 de septiembre de 2008

Formas de ver la paleontología

1, Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí...



-Augusto (Tito) Monterroso-



... tirado. Resulta que la noche anterior hubo fiesta en la facultad, y a Ned, el amigo inseparable de Johnny, (y que no pertenecía a dicha facultad) no se le ocurrió otra cosa que traerse un bolsón lleno de ropa (la cual era mayoritariamente verde, su color favorito).



Conforme fue pasando la noche, se fueron acabando el whiskey, el ron y la cerveza, y Ned se fue poniendo lo que encontraba en el bolsón, mientras que Johnny no probaba ni gota. Al final acabó con una melopea tan monumental que se puso toda la ropa que trajo, y no paraba de decir "Soy un dinosaurio", "¿A que parezco un dinosaurio?". Como suele pasar en estas ocasiones, al principio la gente se lo tomó a guasa, hasta que empezó a dar vergüenza...



Menuda la que le esperaba a Ned cuando, al abrir los ojos, vio que media facultad le estaba observando medio abochornada, medio muerta de la risa (y mayoritariamente sobria)...



A Johnny se le escapó, entre dientes un "Maldito dinosaurio..."



2, Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí...

..., aunque parecía inmóvil... Claire sabía que tenía que salir de allí cuanto antes.



Procurando no hacer ruido, se puso en pie. Los nervios le hacían temblar las piernas...



¡No, la mochila estaba a 5 centímetros del monstruo! Claire sabía que si no la cogía acabaría muriendo de sed o de hambre. Se armó de valor y...



- ¡Pero bueno! Así que estabas aquí, ¿eh?



A Claire le entró el pánico, ¡un dinosaurio había venido a comérsela! Ya no tenía escapatoria...



- ¡Claire, sube ya aquí! Si te hubiese pasado algo...



Ella alzó la cabeza, y entre las ramas de un árbol y encima del terraplen y agarrada a la valla, reconoció a su profesora.



- ¡Está visto que contigo no se pueden hacer excursiones! Ya la liaste en el Selwo, y ahora aquí... ¡Y yo que pensaba que si os levaba al parque de las esculturas de los dinosaurios os portaríais bien!



A Claire le esperaba un a buena bronca...



3, Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí...

..., ¡que majo que era aquel animalito!. Al despertar, a la pequeña de la familia le encantaba encontrarse con su mascota. Eso le hacía feliz...





(¿Cuál os ha gustado más?)

Actualización: http://sandra-becerril.blogspot.com/2007/07/cuando-despert-el-dinosaurio-todava_30.html

jueves, 31 de julio de 2008

¡Me voy!

"Ya lo he decidido; me marcho de aquí. Estoy harto de las obligaciones, de las órdenes y de todo en general.

Ya he preparado el hatillo; quiero irme con poca ropa; así viviré más la vida y tendré más emoción.

Y en cuento a mis obligaciones, ¡que se vayan a volar! Yo lo que quiero es vivir mi vida sin depender de nadie y haciendo lo que quiera... ¡Ah, y acostarme tarde! Porque esa es otra, ¡estoy hartísimo de madrugar tanto! ¡Por fin ya no tendré más a ese maldito despertador cerca!

Ah, y también estoy harto de comer siempre lo mismo; quiero comer lo que encuentre por los árboles del camino. Seguro que me encuentro alguna sandía o un melón... ¡o incluso una tarta!

Bueno, el caso es que me voy y la carta que estoy haciendo ahora mismo es una despedida. Pero ahora que lo pienso... ya no estoy tan enfadado con papá y mamá..."





(Para acompañar este post, quería poner la cancion Me voy de casa de Mecano, pero como no la he encontrado; os pongo otra, aunque no tenga nada que ver con el tema. Disfrutadla)

http://es.youtube.com/watch?v=SG3_Z2e40a4

(Acabo de darme cuenta que no sé poner los vídeos directamente en el blog... ¬¬)

lunes, 21 de julio de 2008

Post dáltonico

Bueno, en vista de que mi último post no ha causado furor precisamente (qué vamos a hacerle, los genios también tienen días malos... lástima que yo tenga tan poco de genio... :'( SNIFF), voy a poneros la continuación del famoso post de la extraña máquina (aunque yo no quería hacerle continuación, pero lo pedísteis con unos ojitos que pa qué...)







Allá vamos (me he tomado la molestía de poner también la primera parte):


¡Hay un bicho extraño en la cocina! (Primera parte):



De repente toda la casa se inundó. Él ya no sabía que hacer... ¡Maldita máquina!.


Montse, como todos los días de lunes a viernes, se fue al trabajo a los 15:00 horas.


Edu, como todos los días de lunes a viernes (y sábados y domingos) se quedó en casa. Total, él ya había cumplido su trabajo (Léase: Habían f******* la noche anterior).


Él, por primera vez en su vida, intentó entrar en la parte de la cocina en la que estaba la despensa y, abajo, la lavadora. Quería descubrir, por fin, como era aquella zona tan inhóspita... pero una fuerza interna le decía que no podía hacerlo, que era imposible. Pero, por otro lado, el Cola-Cao estaba allí, y ya no quedaba más en el estante de encima de la vitro... Había que hacerlo.


Armado de valor, emprendió su camino...


Ya estaba ante la puerta de la cocina. Ya quedaba menos...


- Eduardo, si eres un hombre, ¡hazlo!- Se decía a sí mismo.


¡Dios, no es posible! ¡Ya estaba en la despensa!Sin perder ni un segundo, cogió el ansiado bote de Cola-Cao... pero sus ojos vieron algo que le llamaba mucho la atención. Era un máquina grande, cuadrada, metálica, con botones... Una cosa que no había visto nunca.


Sin poder remediarlo, tuvo que tocar aquel bicharraco... ¡Y no se quemó ni nada! Pero pasaba algo raro; no era normal que aquella máquina se moviera tanto...


- Está rota la cosa ésta... Quizás dándole una patada...


Cual hombre neanderthal que quería arreglar su tronco-móvil, lo hizo sin apenas pensárselo... ¡Y aquella máquina empezó a expulsar agua!


¡Dios, la que iba a liar Montse!


¡Hay un bicho extraño en la cocina! (La reacción de Montse... ¿habrá que lamentar heridos?...)



Montse, como todos los días de lunes a viernes, vino del trabajo a las 19:00 horas. Ni se imaginaba la que se iba a encontrar...


Eduardo ya sabía que la espada de Damocles estaba a punto de cortarle los huevos la cabeza... Tenía que inventarse algo...


Montse ya había abierto la puerta, y al ver aquella inundación, que ya casi asomaba por abajo de la puerta, la muy gilipollas lista pensó que a su Edu le había pasado algo...


- ¡Cari, cari! ¿Estás bien? ¡Ay, y yo por ahí trabajando mientras tu limpiabas esto!- Dijo Montse (la Super Mo para sus amigas), llorando y todo (mejor me ahorro mi opinión de la Super MOsquita muerta ésta...)


- ¡No te imaginas lo que ha pasado! Te estaba esperando en el sofá cuando de repente ha empezado a caer agua del techo de la despensa... ¡Lo he pasado fatal, Super Cari!- Dijo Edu, apijando la voz, para que así Super Mo le entendiera mejor...


- Pero cari, si el techo está totalmente seco...


- Sí, pero has de tener en cuenta que le he pasado la super balleta

- ¡Ay, que listo que eres, cari! ¿Oye, y el abollón que tiene la lavadora?

- Ummmmmmmmmm... Cari, es que había una super mosca ahí, y al matarla...- Dijo Edu en un tono que, a la par de falso, parecía dicho por un mal actor... Vaya; por el mismo Edu...


- ¡Ay, que listín es mi super cari!


-Bueno... ¿y ahora qué?- Volvió a decir Edu, porque ya sabeís que hay días en los que uno está espesito y le tienen decir lo que debe hacer. Hasta los genios tienen días malos... (ummmm...)


- No sé... ¿que tal si me das lo mío y lo de mi prima?


- Montse, ¿y el agua?


- ¡Ay, chico, mañana se encargará la asis!- Le contestó Super Mo, refiriéndose a la asistenta


- ¡¡VALE!!


Y así toda la noche... ¡Y es que ya sabéis lo que dicen! Que los que están con pijas son los que más duran, (más que un buen Escocés del norte, sí, sí)



FIN

Sé que algunos esperábais que Montse le diera una ostia o algo así, pero sinceramente, no me parecería justo criticar una forma estereotipada de chico y no una forma estereotipada de chica ;)

miércoles, 2 de julio de 2008

13 de julio, diario personal:

"Querido cuaderno de bitácora:


Sigo sin encontrar los apuntes oficiales. Se me cayeron cuando escapé de... de aquello, yendo hacia el bosque... Tampoco he encontrado a mis compañeros; ni a Atomi, ni a Wilson, ni a Ben... Creo que les ha pasado algo...


Aún sigo en la copa del árbol muerto, pero creo que no aguantaré mucho más aquí, sin comida ni agua... Y he pasado una noche malísima, porque alguno de los proyectos ha estado aullando toda la noche... creo que ha sido X23...


14 de julio:


Alguno de los proyectos me ha arañado la pierna. Estaba buscando algo de comida o agua, cuando empezó a hacerse de noche... Estaba intentando subir al maldito árbol, cuando... Debe de haber sido X13, porque se ve claramente que me han herido con garras profundas...


Mañana volveré a probar suerte con la comida, y empezaré desde bien temprano... no quiero que Los proyectos vuelvan a atacarme..."


- Jefferson... que ha sido de tí, amigo...- Wilson había encontrado el diario de su compañero. estaba tirado en el suelo, bajo un gran árbol imposible de identificar, que estaba totalmente seco... y estaba manchado de sangre...



Wilson se vio obligado a subir el también al ya mencionado árbol. Empezaba a hacerse de noche.

miércoles, 4 de junio de 2008

¡Hay un bicho extraño en la cocina!

De repente toda la casa se inundó. Él ya no sabía que hacer... ¡Maldita máquina!.

Montse, como todos los días de lunes a viernes, se fue al trabajo a los 15:00 horas.
Edu, como todos los días de lunes a viernes (y sábados y domingos) se quedó en casa. Total, él ya había cumplido su trabajo (Léase: Habían f******* la noche anterior).

Él, por primera vez en su vida, intentó entrar en la parte de la cocina en la que estaba la despensa y, abajo, la lavadora. Quería descubrir, por fin, como era aquella zona tan inhóspita... pero una fuerza interna le decía que no podía hacerlo, que era imposible. Pero, por otro lado, el Cola-Cao estaba allí, y ya no quedaba más en el estante de encima de la vitro... Había que hacerlo.

Armado de valor, emprendió su camino...

Ya estaba ante la puerta de la cocina. Ya quedaba menos...

- Eduardo, si eres un hombre, ¡hazlo!- Se decía a sí mismo.

¡Dios, no es posible! ¡Ya estaba en la despensa!
Sin perder ni un segundo, cogió el ansiado bote de Cola-Cao... pero sus ojos vieron algo que le llamaba mucho la atención. Era un máquina grande, cuadrada, metálica, con botones... Una cosa que no había visto nunca.

Sin poder remediarlo, tuvo que tocar aquel bicharraco... ¡Y no se quemó ni nada!
Pero pasaba algo raro; no era normal que aquella máquina se moviera tanto...

- Está rota la cosa ésta... Quizás dándole una patada...

Cual hombre neanderthal que quería arreglar su tronco-móvil, lo hizo sin apenas pensárselo... ¡Y aquella máquina empezó a expulsar agua!

¡Dios, la que iba a liar Montse!

Muy probablemente,
CONTINUARÁ

martes, 20 de mayo de 2008

Flor de loto (y una disculpa)

Antes que nada, quiero disculparme por haber tardado tanto en actualizar. Estoy ocupado cambiando el suelo y las puertas del piso, y ya sabéis la que se lía :S

Bueno, como lo prometido es deuda, aquí va la continuación del último post ;)

Shizuko sabía que no podía esperar más. Sabía que la vida de su hijo corría peligro...
Con paso firme se dirigió a la pequeña habitación contigua para ver la carita de su hijo, que casi estaba toda rodeada por el futón. Instintivamente, acercó su mano a su frente. No parecía tener fiebre...

Shizuko empezó la travesía a través de la nieve, andando a duras penas hacia la cima del Kitadake. Cuando ya sus pies no parecían querer responderla, encontró en su camino a una anciana, que estaba sentada en una roca inmensa. Shizuko supo inmediatamente que aquella anciana, de ojos grises como un cielo nublado, no podía ser humana...

- Veo que te importa la vida de tu hijo- Dijo la extraña mujer...

Tan exhausta estaba Shizuko que no pudo ni responderle.

- Vas bien, pero por un camino equivocado... Dime, ¿estás dispuesta a todo para salvar a Masayoshi, tu hijo?

- Por supuesto. Daría la vida por él...

- ¿Y también darías la posibilidad de oír?

Shizuko se quedó tan extrañada que no supo qué decir.

- Dí, darías tu sentido del...

- Sí - Dijo Shizuko, tajantemente.

- Pues bien. ¿Ves aquel río de ahí? Debes seguir su cauce, a contracorriente. Llegado el momento, sabrás donde debes ir.

Shizuko giró la cabeza para ver el río en cuestión, y cuando la volvió a su sitio, vio que la anciana desapareció... En ese preciso instante, notó que ya no oía el viento helado cruzar por delante suya. La extraña señora había cumplido su promesa...

Sin más demora, Shizuko emprendió su rombo.

Llevaba más de una hora andando, y ya no podía más. Sentía que sus pies, a pesar de que calzaban unos zapatos de piel, estaban totalmente helados. No pudo evitar desmayarse...

De repente, sintió una voz. Pero no parecía que hablara tal y como conocemos el término, sino que aparentaba ir directamente a su cabeza... ¿Se trataría de algún tipo de poder psíquico, quizás?

Esa voz, al contrario que las voces de los otros dos seres, aparentemente femeninos, era muy dulce y acogedora.

- Pobre... Debes de estar exhausta... yo podría aliviar tus penas...

Shizuko creía que aquello era un sueño, ya que escuchaba todo sin tan siquiera abrir los ojos. Estaba demasiado cansada para hacerlo...

- Mira, te ofrezco un trato...

- Te daré lo que me pidas...

- Entiendo... Si me das tu voz, yo te desvelaré el camino.

Shizuko quería mirar a los ojos a aquel ser, pero se dio cuenta de que no podía abrirlos...

- Ya te he dicho que te daría lo que me pidieses- Contestó Shizuko.

- Pero eso no es todo, también quiero la movilidad de tus piernas. Seguro que el camino será muy duro, ya que tendrías que arrastrarte, pero si te importa la vida de tu hijo... Y por cierto, ahora mismo le está subiendo la fiebre. yo diría que incluso está llegando a un punto peligroso...

- Está bien. Te ofrezco lo que quieras, pero debes prometer que a Masayoshi no le pasará nada.

La extraña voz no contestó... y nunca lo haría.

Shizuko abrió los ojos en ese preciso instante. Parecía haber despertado de un sueño... o una pesadilla.

Ahora se encontraba en un prado verde y que llegaba hasta donde alcanzaba la vista.

Shizuko, instintivamente, comprobó si era cierto lo de su voz y lo de sus piernas. Comprobó que, por más que lo intentaba, no podía hablar... y tampoco ponerse en pie. Sin más demora, continuó su camino, arrastrándose a duras penas.

Mientras sus brazos luchaban por no flaquear, se le vino a la cabeza la imagen de Fainaru, su difunto esposo y padre de Masayoshi. ¿Cómo pudo aparecer muerto de aquella manera?

De repente, sus ojos se abrieron de par en par, parecían querer salirse de sus órbitas. Ahora lo entendía todo, Fainaru no murió de forma accidental, y tampoco por un hechizo... Sí, no cabía la menor duda; La quemadura de su cuello había sido provocada por un ser... y Shizuko sabía quién fue; La extraña mujer que se le apareció aquella noche. Fainaru...
La imagen de su difunto esposo, tirado junto al futón, con cara de serenidad, tal y como ella misma lo descubrió, parecía clavársele en las pupilas.

No era justo negociar con quien lo habían matado... pero, por otro lado, Masayoshi necesitaba ayuda...

Shizuko ya no quería fiarse de nadie. No podía hacerlo...

Pero ya se había sacrificado, ya nadie le devolvería la movilidad de sus piernas, ni su sentido del oído, ni su voz... No podía rendirse. Sabía que, aunque muriera en el intento, debía seguir adelante. Masayoshi se lo merecía.

Continuó. No tenía fuerzas, pero continuó.

Finalmente, Shizuko, poco a poco, logró salir de la zona de hierba alta. Pero ahora todo el camino eran piedras que se clavaban en su piel y arena que escocía en sus heridas. Pero no podía parar.

Todo aquello era muy extraño. El Kitadake no era así... y no era posible que hubiese dejado atrás una zona nevada y ahora se encontrara con un paisaje rocoso, justo después de haber dejado atrás un valle de hierba y hierbajos... Pero Shizuko sabía que tenía que continuar. La de que su hijo iba a recuperarse podía más que todo el dolor físico. Porque, ante todo, Shizuko era madre.

Ya parecía que quedaba poco para llegar a la cima de aquel lugar. Sí, ya solamente unos pocos pasos separaban a Masayoshi de la salvación. Los brazos de Shizuko, cansados y amoratados, no debían pararse. No podían.

Sólo unos 50 metros más de ascenso por aquella ladera, que cada vez se hacía más empinada, y todo cambiaría. Ni las rocas, ni la arena ardiente parecían afectar a sus piernas, que aunque inmóviles, sentían dolor.

Sólo un paso más... Sólo un poco más de esfuerzo...

Por fin, Shizuko llegó al final de aquella ladera, a lo que parecía ser la cima de ese sitio.

Tan cansada estaba, que, nada más llegar, se tiró al suelo, e, insconcientemente, se desmayó.

Cuando ya recuperó el sentido, vio que estaba en el mismo sitio... ¡pero que en aquel lugar había un lago! ¡y en ese lago habían nenúfares, y flores de loto!

No podía entretenerse. Su hijo la necesitaba.

Ya, cuando Shizuko empezaba a sumergirse en dicho lago, una voz le animaba a seguir. ¿Sería su imaginación o, verdaderamente, la estaban animando?

Ya quedaba muy poco, ya casi podía tocar las flores de loto...

- ¡Quieta! ¡Aún no has terminado de cumplir tu promesa!

Shizuko giró la cabeza y vio a aquella señora que, en una fría noche de invierno, le dijo lo que debía hacer para salvar a Masayoshi. En ese mismo instante, se dio cuenta de que le estaba hablando por la mente, y que ella también podía hacerlo.

- ¡Tú fuíste la que matastes a Fainaru, mi marido! - Le gritó Shizuko, que, a duras penas, lograba sacar la cabeza de la superficie de agua de aquel lago, que por cierto, era mucho menos hondo de lo que parecía.

- ¿Eso crees? ¡y solamente cumplí mi deber!

- ¿Tu deber?

- Si, yo sabía que el estaría dispuesto a dar su alma por tal de que a su mujer y a su hijo no les pasara nada. Y él aceptó el trato...

- ¡Y le mentiste! ¡Te lo llevaste, pero no cumpliste tu promesa! Al poco tiempo, nuestro hijo cayó enfermo. ¡y mírame a mí! ¡No puedo andar, oír y hablar! ¡Has jugado sucio!

- ¿De verdad crees que no cumplo mis promesas? Te he traído aquí para recuperar la salud de tu hijo. Si no quieres creerme, habrás perdido toda esperanza de que se salve. Tú decides; O haberte sacrificado para nada, o salvar la vida de tu hijo.

Shizuko seguía teniendo en que su hijo se iba a recuperar, y era consciente de que sólo tenía que creer en aquel ser una vez más. No había nada que perder.

- Acepto tu reglas...

- Bien... ¿Ves esa flor de loto que brilla más que ninguna otra? Debes cogerla y contar sus pétalos. Cada pétalo simboliza un día de vida de tu hijo, y para que su número aumente, debes
cumplir ciertos sacrificios.. Pero aún no has terminado de sacrificarte. Si quieres que la vida de tu hijo sea larga y próspera, debes ofrecerme tu vista. Ése será tu último sacrificio. Si no aceptas, Masayoshi, morirá en poco tiempo...

Sin persárselo dos veces, Shizuko contestó que aceptaba el trato.

- Bien. Ponte delante de la flor, arráncala, agarrála con los dientes y sal del agua. Si no, te ahogarás.

Shizuko, extrañada de que aún pudiera seguir viendo, cumplió sus órdenes. Cuando logró salir del agua, sus ojos se nublaron de repente. Aquella malvada señora había cumplido su parte del trato.

Shizuko, que ahora se encontraba sola en aquel lugar, comprendió que debía contar los pétalos de aquella flor de loto. Y, sin demorarse apenas un segundo, comenzó a hacerlo.

Shizuko nunca conseguía contar todos los pétalos... Empezaba a estresarse.

De repente, una voz dulce, varonil y potente empezó a sonar en su cerebro. Shizuko sabía perfectamente que el que le hablaba era su difunto marido...

- Shizuko, deja de contar. ¿Es que no te das cuenta de lo que te está diciendo la flor?
Te está diciendo que a nuestro hijo le quedan una cantidad de días incontable. Shizuko, lo has conseguido.

Shizuko despertó de repente. Estaba en su casa. ¡Y podía ver, oír, hablar y mover las piernas!
La imagen de Fainaru apareció de repente, justo delante del futón en el que estaba descansando Shizuko.

- Shizuko, ¿sabes lo que ha pasado?

- Amor mío... yo... yo...

- Ahora Masayoshi está totalmente recuperado. Ahora msimo está descansando el su habitación...

- Pero... Amor, ¿y tú? ¿Por q no sigues aquí, cuidando de tu hijo y de mí...?

- Shizuko, un día, un espíritu se me apareció en sueños. Me dijo que Masayoshi iba a enfermar, y que, si yo no ponía remedio, iba a morir... Shizuko, ése espíritu es el que se te apareció aquella noche. Aquel espíritu me dijo que, para que mi hijo no muriera, debía morir yo. Shizuko, toda ha sido parte de un trato de aquel malvado espíritu. Quería probar si tu y yo protegeríamos a nuestro hijo hasta el final de nuestros días. Te serguiré protegiendo, amor...

Fin

lunes, 7 de abril de 2008

Flor de loto


(Este texto está inspirado en una historia que escuché hace mucho tiempo de la cual sólo recuerdo el final)

Shizuko vivía en la Prefectura de Yamanashi, cerca de la montaña Kitadake.
Su único hijo, Masayoshi, siempre había sido un chico de salud delicada, pero su estado empeoró cuando se quedó huérfano de padre. La fiebre no bajaba de los 40 grados y sus pupilas se tornaron amarillentas.
La gente del pueblo decía que el chico había sido maldecido por alguna estraña criatura y que su enfermedad no tenía solución. Y parecían tener razón...
Shizuko empezaba a creer en las habladurías. Veía que su hijo tenía comportamientos extraños y síntomas para ella desconocidas, con lo cual, aunque no quisiera hacerlo, la duda de un supuesto hechizo sobrevolaba su mente. Pero, ¿cómo solucionar el problema?
Una noche de invierno, una extraña señora llamó a la puerta de la casa. Shizuko no quería abrir, pero algo en su interior le dijo que debía hacerlo.
Quien llamaba era una señora vestida con un kimono blanco impoluto. Tenía la tez blanquísima y una larga melena que parecía haber sido alisada a conciencia. En cierto modo, parecía una geisha que se había extraviado por el camino... pero también parecía ser una de las protagonistas de alguna leyenda antigua.
- Sé que le pasa a tu hijo...- Dijo con una voz que helaba la sangre.
Shizuko, en un momento de lucidez, intentó cerrar la puerta, pero la extraña señora lo evitó con un golpetazo tosco y seco que asustó e inmobilizó a Shizuko.
- También sé la razón de la muerte de tu marido...
En ese momento, la cara de Shizuko quedó paralizada. Era imposible que alguien supiera de que murió Fainaru, el padre de Masayoshi y esposo de Shizuko. Nadie estuvo presente cuando ocurrió todo...
- Si de verdad quieres que tu hijo se recupere, más vale que me escuches...
A Shizuko no le quedó otra opción, porque ya sabía que aquella mujer no era humana, porque sabía que si estaba allí era por algo, porque sabía que debía escucharla.
Ya en la habitación que a veces servía como comedor y a veces, cuando Shizuko extendía su futón en el suelo, servía de dormitorio, la señora extraña dijo con unas palabras que parecían surguir del fondo de un abismo algo que Shizuko quería oir: una solución para los males de su hijo.
Le dijo que si quería que Masayoshi, que en ese momento dormía en otra habitacion, viviera, debería caminar hasta la cima del Kitadake y que debía seguir las instrucciones que le darían ciertas personas. Pero le puso como condición cumplir dichas instrucciones a rajatabla, sin pensar en las consecuencias. Shizuko, al igual que haría cualquier madre, dijo que estaba dispuesta a hacer lo que le decía a pesar de las consecuencias.
- Una cosa más: ¿Alguna vez has visto las flores de loto del lago que hay en la cima del Kitadake?
- ¿Perdón? En la cima del kitadake no hay ningun lago...
- Si de verdad te importa tu hijo, verás las flores de loto.
En ese instante la extraña señora acercó su mano a la frente de Shizuko y ésta cayó en un sueño profundo. Cuando despertó no sabía si todo había sido un sueño. Pero, como si de un acto reflejo se tratara, se llevó la mano a la frente y así se dió cuenta de que tenía una pequeña quemadura.
Shizuko sabía que esa quemadura no estaba ahí por casualidad...
Continuará...

jueves, 13 de marzo de 2008

Día fatal

Hoy nada me está saliendo bien y me he llegado a plantear qué habría cambiado si yo no hubiese nacido. Seguramente nada...

Me he cansado de intentar hacer lo que una parte de mí quiere que haga pero otra dice que no es necesario. Ya estoy harto de que al resto de la humanidad le resulte fácil lo que a mí me parece dificilísimo. Estoy harto de todo.

Incluso me he planteado tirar la toalla... y no sé si lo voy a hacer.

Hoy tengo claro que nunca se van a cumplir mis sueños. Me siento fatal...




Psd:

- Con lo de tirar la toalla NO me refiero al suicidio, por si lo habíais pensado...
- Aunque lo parezca, no quiero que os apiadéis de mí...

sábado, 8 de marzo de 2008

7 (hijos) con 16 (años)


(No le veo sentido a eso de mantener un post que habla sólo de un día, así que he decidido suprimirlo por ahora...)


Hoy me he comprado el mundo... Bueno, no el mundo que estamos pisando ahora mismo, si no El Mundo de Pedro J. Ramírez... Bueno, puede ser que estés pisando El Mundo de J. Ramírez si tienes el suelo lleno de periódicos por culpa de tu perro, pero yo me refiero a El mundo de Pedro J... Bueno, tampoco es que Pedro J. tenga un mundo, aunque manda en El Mundo...

Bueno, el caso es que he visto una noticia que me ha impactado: Pamela, una chica latinoamericana, tiene con 16 años 7 hijos y ha sufrido un aborto.

Con 13 años sufrió el aborto, luego tuvo a su primer hijo (que vive con el padre). Después, creo que con 16 años, tuvo trillizos. Pues bien, los padres de Pamela querían hacerle la ligadura de trompas, pero a esa edad no es recomendable. Al final optaron por una inyecciones que se ponen cada 21 días. Y una vez se le olvidó a la muchacha ir al médico para que se la pusieran, y bum; se quedó embarazada de trillizos (otra vez). Por supuesto, cada hijo es de un padre distinto, y de esos padres sólo uno cuida de sus hijos. Los otros están desaparecidos.

Cuando he leido la noticia me he quedado O_ó total, pero lo que más me ha llamado la atención es que la madre de Pamela dice, más o menos, que su hija no es una cualquiera; dice que sólo es una chica inocente por naturaleza... :S



Conclusión: Cada vez el mundo está peor...

miércoles, 27 de febrero de 2008

¿Sí?... ¿Sí?... Probando... Probando

Seguramente ya os habréis dado cuenta de que estoy retocando continuamente el blog.
Y es que estoy totalmente indeciso...

Para poneros un ejemplo:

A veces me encanta la foto del gatito, otras veces me molesta que se salga un poco de la cabecera. A veces me encanta la plantilla, a veces quiero cambiarla. A veces me encanta el color de la frase de Kurt Cobain porque le pega a la foto del gatito, pero otras veces pienso cambiarle el color porque no se ve bien...

Uff :S

Y la verdad es que en cierto modo me gusta ésto de toquetear todos los botones y de poner una foto aquí o una frase allá. Aunque a veces acabo hasta los eggs...

Conclusiones:

- Blogger tiene tantas tonterías cosas buenas que es que no sé que más poner...
- Lo dicho: Uff :S


jueves, 21 de febrero de 2008

Mudanza en estado de omnipresencia


No sé que poner.... Supongo que lo más acertado sería decir que estoy muy feliz en blogger, que espero que todo me vaya bien... ¡Pues no! No quiero que este post sea el típico que dice solo cosas bonitas (¡y una leche!).


Porque para empezar, ¿dónde me han dejado los de la mudanza las cajas, los muebles y todo eso?

Eso me pasa por elegir Mudanzas Gómez. Ya me lo digo mi abuela; "A los Gómez ni agua", y yo ni caso...


En fin, supongo que la mudanza acabará cuando yo me ponga manos a la obra... pero es que me siento tan vago :'(

Psd: Buff, está todo lleno de cajas...


A ver si están los comentarios en su sitio... Sí, ahí están.


Bueno, parece que está todo...