martes, 8 de junio de 2010

Para todos los que alguna vez se han preguntado si hoy se quieren algo

Se levantó una mañana, con dolor de cabeza, y remordimientos. La noche anterior la recordaba con olor a sudor y a lubricante. Tenía un sabor amargo en la boca, y no quería recordar por qué. Se miró al espejo..., y se puso a llorar.



Mecano: Cuerpo y corazón
Dedicado a todas y cada una de esas personas que pudieran sentirse identificadas.



De las amigas y el pasado,
guardé el recuerdo en la canción;
Las fotos del bachillerato,
y los buenos ratos.

No sé el momento ni la razón
en que puse a la venta
Cuerpo y corazón.

No sé el momento ni la razón;
por las esquinas del amor.
Viviendo de las inyecciones;
suero de erecciones y sudor.

Y a la mañana
yo ya no sé si hoy
Me quiero algo.

Y los bandidos llaman zorras
a las que viven como yo;
Lo que otras cobran en roperos,
joyas o cruceros.

No sé el momento ni la razón,
en que puse a la venta
Cuerpo y corazón.

Y yo maldigo a aquel primero,
y a la madre que me parió;
A la dureza del dinero,
y al momento de la soledad;
Por la mañana...

Yo ya no sé si hoy
me quiero algo...

lunes, 26 de abril de 2010

La oscura pasión


La conocí hacía años, en una simple taberna. Fuimos pareja durante cierto tiempo, pero luego rompimos y perdimos el contacto... hasta ayer.

Vino a mi casa, diciéndome que ya, por fin, estaba interesada en cumplir aquello que le propuse, y que propició nuestro fin. No me lo podía creer... ¡mi búsqueda había concluído!.

En mi mismo salón hicimos el amor, sobre la gigantesca mesa de ébano, teniendo como testigo a uno de mis cuadros, si bien es cierto que no era el de la imagen más mortuoria.
Aquel cuadro ejercía una fuerza sobrehumana en mi ser. Era verlo y quedarme tan o más extasiado como el drogadicto después de su dósis. Aquella calavera, tan perfecta y sublime me maravillaba.
Debo reconocer que lo demás del cuadro no me llamaba mucho la atención; no era demasiado de mi gusto. Era... demasiado "suave", no tan tétrico como a mí me gusta. Pero esa calavera... Dios, no sabría explicar lo que provocaba en mí.
Volviendo a lo que nos ocupaba, decirles que le dije a mi acompañante que me llamase de cierta forma al oído, que aquello me excitaría; mas no falté a mi promesa.

Ella no era como las demás; su cuerpo anoréxico me excitaba en exceso, me encantaba que se le notasen tanto los huesos; me atraía de forma enfermiza, era una filia para mí. Tenía todo el aspecto de una muerta..., era lo que más me gustaba de ella. Y sus ojos, sin brillo, inertes, como muertos, eran el mismo nirvana.

Le empezé a acariciar el cuello. Era tan blanco, tan esbelto... Empezé a estrangularla, a zarandearla, haciendo que se golpease la cabeza con la mesa, hasta sangrar. Era cuando más estábamos disfrutando. La apretaba con toda mi fuerza, mientras que a ella se le veía la lujuria, el placer en los ojos.

Cuando noté que ya había dejado de respirar, eyaculé. Estaba sonriendo, se la veía más guapa que nunca. Por fin iba yo a cumplir lo que había planeado durante tanto tiempo, se iba a cumplir mi sueño. Mas no fue casualidad que le pidiese que me llamara al oído como se llamaba Jack el destripador...

miércoles, 24 de marzo de 2010

Que es un regreso; que es un retorno.

"Vengo del fondo oscuro de una noche implacable
y contemplo los astros con un gesto de asombro.
Al llegar a tu puerta me confieso culpable
y una paloma blanca se me posa en el hombro.
Mi corazón humilde se detiene en tu puerta

con la mano extendida como un viejo mendigo;
y tu perro me ladra de alegría en la huerta,
porque, a pesar de todo, sigue siendo mi amigo.
Al fin creció el rosal aquel que no crecía

y ahora ofrece sus rosas tras la verja de hierro:
Yo también he cambiado mucho desde aquel día,
pues no tienen estrellas las noches del destierro.
Quizás tu alma está abierta tras la puerta cerrada;

pero al abrir tu puerta, como se abre a un mendigo,
mírame dulcemente, sin preguntarme nada, y sabrás que no he vuelto...
¡porque estaba contigo!"

POEMA DEL REGRESO

José Ángel Buesa

- Guau...

- ¿Te gusta, eh?

- Sabes que sí.

J. estaba echado en el césped, sentado, manteniendo el libro de poemas sobre las piernas. A. lo escuchaba atentamente, tumbado en el manto verde, mirando al cielo.

- Mira, otro que te va a gustar...

"Vivir sin tus caricias es mucho desamparo;
vivir sin tus palabras es mucha soledad;
vivir sin tu amoroso mirar, ingenuo y claro,
es mucha oscuridad...
Vuelvo pálida novia, que solías

mi retorno esperar tan de mañana,
con la misma canción que preferías
y la misma ternura de otros días
y el mismo amor de siempre, a tu ventana.

Y elijo para verte, en delicada
complicidad con la Naturaleza,
una tarde como ésta: desmayada
en un lecho de lilas, e impregnada
de cierta aristocrática tristeza.

¡Vuelvo a ti con los dedos enlazados
en actitud de súplica y anhelo, como siempre,
y mis labios no cansados de alabarte,
y mis ojos obstinados en ver los tuyos a través del cielo!
Recíbeme tranquila, sin encono,
mostrando el deje suave de una hermana;
murmura un apacible: "Te perdono",
y déjame dormir con abandono,en tu noble regazo, hasta mañana..."


El retorno

Amado Nervo

A. se deshizo en halagos ante tal poema.

- Oye... ¿Qué es regresar?

- ¿Cómo?

- Sí, ¿qué es regresar? ¿Se puede decir que es volver a cierto punto?

- Sí, claro.

- ¿Y qué es retornar?

- Ummm... ¿Lo mismo?

- ¿Y por qué tantas palabras para decir lo mismo?

J. se quedó pensativo, no sabía qué decir.

- Ya lo tengo: Regresar es recordar; retornar es olvidar.

- ... ¿Por?

Ahora el pensativo era A.

- Mira, si volvemos a cierto punto, puede ser porque lo recordásemos; pero también puede ser que hayamos regresado, o retornado, por casualidad.

- Entiendo... Más o menos...

- Con el amor y con el odio pasa lo mismo; puedes querer porque quieres querer, o puedes querer sin tú quererlo. Y puedes odiar por querer odiar; u odiar sin tu quererlo.

- Entonces... No te pillo...

- Mira; amar es querer regresar al edén, y odiar retornar al infierno.

- Bueno, no siempre...

- El caso es que puedes acabar en el edén sin tu quererlo, y que por no quererlo acabes retornando al infierno.

Se quedaron un rato callados.

- Oye... ¿Qué es el infierno?

- Es... digo yo que es retornar a explicar qué es retornar y qué regresar.

Ambos se rieron.

Poco tardaron en regresar a casa...

FIN

Llevaba casi seis meses sin actualizar. Seis meses largos, cortos, aburridos, entretenidos, raros, normales... Seis meses. Y hoy, por fin..., retorno.

sábado, 17 de octubre de 2009

Fairytale

Cuantísimas veces había visto en las pelis de adolescentes americanas parejas perfectas. Siempre le habían parecido muy amenas, a la par que irreales. Disfrutaba viendo como la fea se hacía guapa y se quedaba con el ligón guaperas de turno. Y en el fondo, le daba envidia. Ella nunca había vivido algo tan bonito, ni siquiera había encontrado a su media naranja, ya incluso dudaba de que existiese alguien capaz de unir su cítrica vida con la suya, en perfecta simetría. A veces pensaba que su corazón era una de esas semillas que nunca germinan, y acaban pudriéndose sin que nadie sepa que una vez existió.

Pero un día llegó un chico nuevo a clase. Era bajito, delgado y de belleza normal y corriente... pero tenía algo; era distinto. Tanto que nunca imaginó que vería en él todo lo que le hace ser distinto; su forma de hablar, de ignorar lo que hizo mal, de reír sin sonreír... él era distinto. Además, nunca pensó que nadie se ajustara tanto a aquella canción que tanto le gustaba, de una tal Vega...

Enseguida se cayeron bien. Era adorable verles hablar, y saber que en tan poco tiempo había surgido eso que llaman química. Pero todo el mundo de aquella chica empezó a inundarse de inseguridad, de miedo. Él era tan perfectamente ideal, que no creía que pudiese ser suyo. No... definitivamente ella no se lo merecía, y cada vez que veía que aquel chico lanzaba miradas furtivas a su amiga Denia, más se convencía de ello. Se había convencido de que eran la pareja perfecta, que entre ellos nada saldría mal... y hasta coincidían en los gustos musicales. Ella misma se ahogó en sus inundaciones de negatividad.

Ya se acercaba la fiesta en la casa de Lourdes. Era curioso... durante tanto tiempo ansió que se pudiera realizar, que los padres de Lourdes no estuvieran allí para estorbar, tal como se tenía previsto, que pudiera pasarlo bien... y ahora no tenía ganas de fiesta alguna. Sabía que Denia y el chico que una vez quiso suyo habían quedado la tarde anterior. Era pensarlo y desanimarse.

Ya llegó la víspera al día señalado. Tenía tan pocas ganas de cualquier cosa que durante un tiempo se desconectó del mundo. La última vez que vió a Denia y a su chico fue la mañana del día en que quedaron. Había caído enferma de gripe, y eso la ayudó a no verles. Ya se encontraba mejor, pero se las arreglaba para seguir escaqueándose del instituto, en eso era profesional. Su objetivo era faltar también el día de la fiesta, es decir, mañana viernes, y ya volver el lunes, aunque eso significase verlos de nuevo, tan felices juntos.

Iba a merendar cuando Lourdes la llamó. ¿Qué querría ahora? Le dijo que no podía ir a verla ni ese día ni mañana, a lo que ella le contestó que de todas formas no hacía falta por encontrarse ya mejor, y que iba a obligarla a ir a la fiesta. Lógicamente, se negó, pero Lourdes se lo pidió por favor, porque sin ella la fiesta no sería lo mismo, y porque lo consideraba una prueba de amistad. Lourdes acabó saliéndose con la suya. También le dijo que si quería alguna ropa especial que se pasase mañana por su casa, pero sólo desde las cuatro a las cinco de la tarde, que las demás horas las iba a dedicar a estudiar. Quedaron en eso.

Ya era viernes, y Lourdes recibió a su esperada visita. Quería ir lo más guapa posible, aunque sencilla, porque al fin y al cabo sólo era una fiesta de la clase, no la típica americanada de fin de curso. Para animarla, Lourdes le prestó su mejor vestido, daba igual que fuese demasiado para aquella fiestecilla, el caso era que se sintiese guapa. Una vez habiéndose cumplido lo pactado, se despidieron.

Eran las 9, quedaba una hora para la fiesta. Pero no sabía si ir o no. Allí estarían Denia y su chico.
Recordó que él era el chico ideal, que habrían sido muy felices sino se hubiese fijado en Denia... y volvió a derrumbarse. Su madre entró en la habitación, y la encontró llorando.

- ¿Qué te pasa, princesa?
- Nada... ¡Déjame!
- ¡Vale que deje pasar que me mientas para no ir al instituto, pero en esto no me voy a hacer la sueca!
- ¿Lo sabías?
- Claro, encanto. Ya no tenías síntomas de estar gripada, pero se te veían los ojos tristes, sabía que algo te pasaba... y me figuraba que era por un chico, porque encontré tu blog lleno de su nombre rodeado de un corazón.
- Mamá...
- Y he oído tu conversación con Lourdes. Tienes que ir a esa fiesta... que por cierto, ¡si me lo llegas a decir habría ido yo también! Lástima no tener tiempo...

Ambas se rieron. Aquello era muestra de un pleno amor entre ambas.

- ¡Pero me tengo que preparar rápido!

Se vistió con el vestido blanco que le había prestado Lourdes. Y luego su madre le ayudó a peinarse decentemente. Ya que uno va a una fiesta, va estupendo, y si no, no se va.

Lourdes la esperaba... pero estaba tardando. Ya pensó que no venía, e iba a llamarla por teléfono. Pero se presentó. Estaba espectacular. Era la flor que sobresalía entre tanto capullo mal vestido. Incluso se diría que para tal ocasión era demasiado ir así, pero era una forma de decirle al chico de Denia que pudiendo haber elegido una rosa eligió a un cardo, siguiendo con los símiles florales.

- Bueno, ¿y quiénes han venido?
- Casi toda la clase... pero no Denia. Bueno, si ha venido, pero ya no está.
- ¿Y eso?
- Por lo visto la cita que tuvo con el chico ese que te gusta el otro día no fue bien. Al parecer, él le dijo que no tendría que haber ido, Denia le preguntó por qué, ¿y sabes que le respondió? Que se había dado cuenta de que sentía algo por alguien... ya me entiendes. Total, que en la fiesta ella le ha dicho que la perdone por si había hecho algo, y que quería tener algo con él... Y él le dijo que sólo quería tener algo contigo. ¡Al final se ha ido mosqueada!

Las dos entraron en el gran salón, dónde él estaba. Todo el mundo se asombró de lo guapa que ella estaba. Él se levantó del sofá, y le ofreció bailar. Ella, naturalmente, aceptó. Eran los únicos que estaban bailando, pero daba igual, eran quienes mejor se lo estaban pasando. Ella le preguntó que por qué no había ido a verla a su casa, sabiendo cómo estaba con la gripe, y él le dijo que había quedado con Lourdes en que lo más bonito era reencontrarse en la fiesta, de ahí que Lourdes hubiese insistido tanto en que ella fuese. Todo estuvo deliciosamente planeado.

- ¿Y por qué quedaste con Denia?
- Bueno, al principio sí que me gustó, para qué te voy a engañar. Pero luego me di cuenta de que aquello que sentí al verte era...

Ella le calló con un beso.

Lourdes supo que para que aquel momento fuese todavía mas perfecto, tenía que poner cierta canción.

Ella acercó su boca al oído de él, y le dijo You Belong With Me.




sábado, 26 de septiembre de 2009

Cambios

Ya os habéis dado cuenta de que el gato se ha mudado, de que en su lugar se ha colado un lindo pajarito, y de que Entre el cielo y el suelo estoy, Sin más, yo. Por no hablar de que se me ha filtrado una tal Rosalía de Castro...

En el fondo me da pena, no os creáis..., pero para bien o para mal, la gente cambia con el tiempo, y yo quería que mi blog, al que siempre he considerado tan mío, también lo hiciera, aunque tarde en acostumbrarme a las reformas.

Respecto a mi otro blog, está completo al 80 ó 90 %... ¿qué me falta? Más post, algo de vida -pese a que sea tan lúgubre y mortuorio- y... ejem, ejem... algo en lo que necesito ayuda :b
Mirad, hace un tiempo encontré un blog en el que las entradas no estaban ordenadas como viene siendo habitual, sino que tú al abrir el blog veías una lista de los escritos que dicho post contenía. Es decir, por llamarlo de X manera, era como un índice... un glosario, incluso. ¿Sabéis cómo se hace para tenerlo así? Quizás no me haya explicado bien, pero es que tengo en mente unas ideas muy buenas... ¡y no sé siquiera si esto de lo que os hablo tiene un nombre específico de esos que no entiende ni dios! XD

Sin más, espero que os haya gustado el cambio... ¡y si no os gusta me mentís!

Psd: Ah, por cierto, he cambiado lo de Entre el cielo y el suelo porque si no las letras se salían del cartel... De ahí que le haya puesto un nombre tan cursi al blog... Lo mismo si descubro la forma de que quede más centrado le pongo otro título, no sé..

Psd 2: ¿Y qué os parece mi playlist?


Edit: Había puesto un playlist distinto en cada blog... pero como he puesto los dos con la misma cuenta, el de mi nuevo foro a cambiado a las canciones de éste. ¿Me he explicado? Bueno, el caso es que me tendré que hacer una cuenta nueva para el de mi nuevo foro... pero lo haré, bonito soy yo... ;)

jueves, 17 de septiembre de 2009

Si bebes no conduzcas, palabra de monja (Y actualización sobre la verdadera historia de la monja -muy fuerte-)

El otro día mi padre me contó que había oído en la radio cierta hazaña de cierta monja. Y yo, tan oportunista como siempre, he decidido hacer un post de ello -aunque el 80 % esté inventado, porque no lo recuerdo bien, pero la base es lo que hizo la monja, lo del coche fúnebre y que luego llamaron a la policía, aunque en realidad no ocurrió lo que os pongo abajo-, y abajo del todo tenéis una pequeña charla :b




La hermana Claire se pilló un rebote del quince con la hermana superiora. ¡Ahora se iba a enterar!, se dijo. Cogió el vino guardado en la despensa y se empezó a pimplar una botella, con todo su morro y a morro.


Al rato de estar bien servida, se dirigió a la iglesia que había a unos 500 metros, y por una de las ventanas, de cerrojo casual y secretamente roto, se coló. Allí no había nadie, sólo un muerto... en el coche fúnebre. Resulta extraño pensarlo, pero es que las iglesias de esa ciudad son mu raras... Colgadas en la pared estaban las llaves del auto, y allí que se metió la hermana. Pisó el acelerador... y pum, rompió la puerta de la cochera de la iglesia (insisto, en esa ciudad son mu raras). Se llevó consigo otra botella de vino de la despensa de su propio convento, y a cada que podía se pimplaba otro sorbo. ¡Aquella monja era un peligro!


Tendríais que haberla visto, ¡como corría la hija puta! ¡Y cómo disfrutaba! Finalmente se chocó contra una casa, en la que los dueños llamaron a la poli... y cuando vinieron se encontraron a la monja roncando, sobre el volante... Pero fue despertarla y salió su demonio interior. Aquella monja tenía mal beber, era la típica que en cualquier taberna se liaba a ostias con cualquiera... nunca mejor dicho. Pobre del policía... con tres costillas rotas y el hombro dislocado... Tuvo que pedir refuerzos. Nadie podía parar a aquella hermana, nadie... excepto una trampa para ratones gigante, la cual de señuelo tenía una botella de rioja, en lugar de un trozo de queso... ¡PUM! La monja se quedó atrapada por el pie... pero no le dolía ni nada, ya que aquella botella de vino estaba buenísima, y sólo estaba pendiente de tragar y tragar. Al final dos policías se la llevaron, cada uno agarrándola por un brazo. La hermana Claire, tan gruñona como era no facilitó la tarea, ¡se movía más que un rabo de lagartija! "¡Fascistas, fascistas! ¡Soy una mujer, tengo mis derechos!", gritaba. ¡La oyó hasta el muerto del coche fúnebre.




Para cuando llegaron a su convento, ya estaba rendida, durmiendo como una cachorrito... La llevaron a su cama, donde durmió toda aquella noche a pierna suelta. Al día siguiente, bien temprano, fue a despertarla la madre superiora. ¡Cómo le dolía la cabeza! Estaba agotadísima...




Cuando se empezó a despejar, la hermana superiora le dijo: "Anda, ¡la que has liado! ¡Y los destrozos que has hecho! Pero de una cosa te advierto... ¡Mi vino ni tocarlo!" La madre superiora se retiró, haciendo eso de señalarse con el índice y el dedo corazón los ojos, para luego señalar a los de la hermana Claire, amenazante.




Desde entonces, la hermana Claire no es la misma... Ahora es mucho más divertida.










1, Bueno, estoy preparando el segundo capítulo del post anterior a éste, entre otro texto del cual os puedo decir que pinta muy bien


2, Tengo en mente hacer otro blog... En él pondría historias más bien trágicas, oscuras, y en éste textos jocosos, como el que hoy nos ocupa




3, Siempre he considerado mi blog una vía de escape, y ahora me hace más falta "escapar" que nunca, de ahí el apartado 1.

Edit:

Ya me he enterado de todos los detalles de lo de la monja (es más fuerte de lo que parecía). El coche fúnebre estaba en la puerta de la iglesia de la monja, que no convento, la cual salió de allí ya borracha, cogió el coche mientras el dueño estaba fuera de éste (me imagino que estaba hablando con alguien del tema del muerto y tal), y se puso las gafas de sol del hijo del dueño, que se había dejado dentro. La hermana fue a una licorería, y en el aparcamiento estrelló el coche en un árbol, entró a comprar 3 botellas de vino y una de otro alcohol. Como era de día, unos niños fueron testigos del accidente de la monja. Al rato, vino la policía y preguntó a los niños que había pasado, y éstos dijeron que había sido Batman, porque la monja iba toda de negro y con las gafas negras, mientras tanto, la susodicha seguía en la licorería. Cuando salió de allí, y creo que ya se habia pimplado parte de una de las botellas, la sorprendieron los policías con pistola en mano, y la detuvieron. Estaba borracha, pero es que el coche tampoco estaba como se supondría a priori; No tenía documentación, ITV, sello, seguro... ¡Y encima robado y con un muerto detrás! Total, que la detuvieron y se llevaron el auto a la parroquia para dar término al acto fúnebre. Cómo no, todo ocurrió en NY... Os avisé de que era más fuerte que lo que había erscrito yo.

martes, 4 de agosto de 2009

Nuestro lado secreto





...I'll buy you a diamond ring my friend,
if it makes you feel alright,
I'll get you anything my friend,

if it makes you feel alright,
'cause I don't care too much for money,

Money can't buy me love...


Capítulo 1:
EL SUR


Aquel chico no dejaba de mirarla. Ella giraba la cabeza y le miraba de vez en cuando, furtivamente. Al principio el chico pareció como disgustado y sorprendido, como si no quisiera que ella se diese cuenta de que la estaba mirando. Luego trató de que no se notara tanto. Momentos antes, cuando ella le pilló, había escondido algo rápidamente, como el que trata de esconder algo tabú, algo secreto, cuando le han descubierto.
Ahora, sin embargo, le daba lo mismo, ya hasta la miraba con descaro. Ella se dio cuenta de todo por casualidad, mientras cogía el libro de poemas que estaba leyendo, cuando se le resbaló.

Se estaba poniendo nerviosa, pero el caso es que no le era del todo desconocido. El chico finalmente se acercó, y con toda su caradura, se sentó en el asiento de al lado de la chica, la conversación surguió así.

- Perdona... ¿eres Su... Susana?
- Sí, ¿y tú...?
- ¡Tía, soy yo, el Mario!

No sabía como reaccionar. ¿Qué hacía allí aquel compañero de la escuela y del instituto, en aquel tren? ¿Por qué la había estado observando de aquella manera, y tardó tanto en acercársele? ¿Tardó en reconocerla, quizás? A Susana se le escapó un resoplido, aliviada. Era él sin duda, ahora que lo tenía de cerca estaba segurísima. Esos ojos tan negros, que tanto se interesaban por ella y que ahora veía tan nítidamente, no eran fáciles de olvidar. En cambio, ella, Susana, había cambiado algo más con el tiempo, pero no tanto como cabiera esperar.

Se besaron. Ella guardó en su bolso su libro de Antonio Gala, mientras que a él no se le borraba la sonrisa de la boca.
Ahora estaban sentados juntos, aunque Susana no se terminaba de sentir agusto con su visita. Ya no era como antes, cuando los dos soñaban con ser libres y hacer lo que quisieran, con ser adultos. Aquello ya era solo un recuerdo.

- Yo llevo ya unos meses trabajando en un taller, pa' limpiar coches y eso... ¿tú?
- Pues vengo de Sevilla. Estoy dando allí clases de danza, ya sabes que de pequeña entrenaba mucho, ¿te acuerdas?
- Pues no mucho...
- Bueno, ¿y qué se te ha perdío por aquí? Es mucha casualidad que nos encontremos aquí, en un tren de Sevilla a Córdoba, ¿qué hacías en Sevilla, tío?
- No has perdío el acento andaluz, ¿eh? Pos mira, estaba haciéndole la visita a una amiga, pa' ver si me la camelo y eso... No, es broma; tú sabes que yo pa' ligar no tengo que ir muy lejos -Bromeó Mario-. Vengo de visitar a mi hermana, vive allí...

- Pos yo voy a visitar a la mía...

Susana se empezaba a mosquear, todo parecía ser demasiada casualidad. Pero no tardó en dejar de darle vueltas; Mario no se traía nada entre manos... o eso pensaba ella.


Ya era la hora, y el tren llegó a su destino. Los dos se separaron, pero se intercambiaron los móviles, con la excusa de no volver a perder el contacto. Susana le vió alejarse, y de repente algo extraño pasó. Mario, a lo lejos, parecía querer esconderse detrás de la gente. Luego sacó del bolsillo de su pantalón algo que ella pensó que era un pequeño bloc de notas, y escribió algo. Esto no habría tenido la mayor importancia si no fuera porque, en el tren, cuando Susana y Mario cruzaron sus miradas por vez primera y ella se dio cuenta de que le estaban observando, él escondió algo, como si se supiese descubierto, rápidamente en el bolsillo.


- ¡Susana! - Alguien le gritó de repente. Era su hermana.



Después de los afectuosos abrazos, saludos, besos y de las preguntas típicas, ambas salieron de la estación, dirigiéndose hacia el coche de la tan citada hermana de Susana. Habría sido un placer haberlas visto, demostrándose tanto amor y cariño... ¡y eso que sólo hacía seis meses que se vieron por última vez y que se llamaban continuamente!



No es que Córdoba y Sevilla sean ciudades muy lejanas entre sí, pero no había surguido la oportunidad de que en estos meses alguna viajase a la ciudad de la otra. Es curioso, pero incluso se podría decir que no habían puesto mucho interes en verse de nuevo, era como cuando a los críos les dan las vacaciones de verano en el colegio, que para que sean más especiales hay que esperar al verano, y no antes.







...My love is tainted by your touch
cuz some guys have shown me aces
But you've got that royal flush
,
i know it's crazy everyday
Well tomorrow may be shaky
but you never turn away...



"El sur

Y nosotros ¿qué haremos?
Los nacidos en tierras soleadas,
donde todo es como una jadeante
pedrería, que cálida alimenta
al indomable tigre del verano.

Donde cada tiniebla es el refugio
de voraces amantes, cuyos ojos
pregonan al pasar su sed urgente,
y al río van cogidas las cinturas.

Donde el amable peso de sus alas
impide defenderse a la Belleza
de un preceloso bosque de caricias.

Los nacidos en tierra de naranjos,
entre los cuales un ciprés levanta
asombrado su espíritu, qué haremos
si un ardiente desorden nos envuelve
e inseparable tras nosotros,
roja como una cauda, repta la indolencia.

¿Qué haremos los ungidos con el óleo
antiguo, si pisamos sobre aquello
que muerto hace crecer a las granadas
y cuya ruina de olivar quemado
aún desea besar con nuestra boca?

¿Adónde miraremos
si por doquier florece la nupcial
campánula y desnudo el cuerpo se echa
con regalo en la yerba, y lo extasía
el singular color de las cantáridas;
si un sabor tiene el alba no gustado
a manzana primera, y de ella muerde
también corporalmente el pensamiento?

¿Dónde está la belleza?, me pregunto
y entre mis labios húmeda desliza
Amor su lengua y falsa su respuesta...

Nos entorna las almas el olvido
que los frutales muslos nos exigen
en su hermano delirio y, señalados
con los salvajes besos de la noche,
nos dejamos llevar por los perfumes.

Pues si lánguida y verde adormiera
es el aire, y se enreda en sus columnas
la carnosa sazón de la mandrágora,
qué otra cosa es posible
para los nacidos en el sur,
sabemos el impío
secreto de las selvas y bebemos
la púrpura del sol del mediodía.

Antonio gala"


- ¿Qué, te ha gustado, verdad, Ani?
- Qué preciosidad, hermana. Prométeme que siempre que tú estés de vacaciones y vengas aquí, me leerás en el trayecto algún poema.
- Desde luego. Será nuestra tradición secreta, ¿vale?

Ani miró a Susana y le espetó un "Que cosas más raras hacemos". Ambas se sonrieron.

- Por cierto, en el tren me he encontrado con un compañero de la infancia. También venía de Sevilla pa' Córdoba, ¿no crees que es mucha casualidad?
- Bah, cosas más raras se han visto...
- Al principio estaba como raro, y no paraba de mirarme,. Estoy un poco mosqueá porque todo ha sido...
- Ah, ¿te he dicho lo de mi Julia?
- ¡Ostias, no me acordé de preguntarte por ella! Ya sabes que siempre me olvido de algo.
- Bah, no pasa nada. Entre hermanas se perdona todo. Bueno, po' está enferma, en la cama. Pero no es nada grave.

Antes de que Susana pudiera preguntarle a Ani sobre Julita, como la llamaba ella, ésta, su hermana, le subió el volumen a la música que tenian puesta. "Mira, es la canción que bailaste la última vez que viniste, la que dices que pones en tus clases. Te la había preparado", le soltó. En ese momento Susana no se dió cuenta, pero fue la forma perfecta de evitar preguntas sobre lo que le pasaba a Julita...










If travel is searching
and home has been found

I'm not stopping

I'm going hunting
i'm the hunter
i'll bring back the goods
but i don't know when


thought i could organise freedom
how Scandinavian of me
you sussed it out, didn't you?


You could smell it
so you left me on my own
to complete the mission
now i'm leaving it all behind

I'm going hunting
i'm the hunter ...


(You just didn't know me!)

(You just didn't know me)




Ya habían llegado al chalet de Ani. Allí vivían ella, su hija Julia, y algunos veranos se bajaban a la abuela Mariana. Ani era madre soltera.


El encuentro entre Susana y Mariana fue mágico. Ambas se emocionaron mucho. Hacía un año que no se veían, aunque se telefoneaban de vez en cuando.


Cualquier persona se sorprendería al saber que dos personas que se amaban tanto habían esperado ese tiempo para volver a encontrarse. Pero, evidentemente, no se dio la oportunidad, sin más, porque en semana santa la abuela Mariana estaba también de viaje con algunas de sus compañeras, ¡no se perdía ni una!


Era un persona envidiable; a su edad y con tantas ganas de vivir, así la recordaba Susana. Pero en esta ocasión, fue distinto, no estaba tan feliz y contenta como siempre. Se veía la tristeza en sus ancianos ojos. Estaba... rara.


- Bueno, ¿y que tal Julita? Aún no sé lo que tiene...

- No te preocupes, no es nada grave. Ya la verás mañana, hoy está cansadísima, ¿vale?


De repente, Ani le pedió a su hermana que bailara para la abuela Mariana. Lo hizo tan repentinamente, que cualquiera habría pensado que quería cambiar de tema de conversación, para dejar de hablar de Julita, pero Susana, tan extasiada como estaba siempre que se encontraba con Mariana, ni se lo imaginó.


Ya llegó la noche. Susana estaba tan cansada que pidió quedarse esa noche en el chalet en lugar de salir de copas. Estaba en una de las 3 habitaciones del hogar. Mientras que ella y Mariana estuviesen allí, Ani dormiría en el sofá.


Abrió los ojos, de repente, como una exhalación. Le pareció oír algo en la habitación contigua, lugar en el que dormía Julita. Miró el reloj analógico, y vió que eran las 3 de la mañana.


Se dirigió hacia la puerta, la intentó abrir y... nada. Estaba cerrada y no se podía abrir. Estaba capturada, encerrada como una presa que cae en un cepo.


Quiso golpear la puerta, gritar, pero luego recordó que Julia dormía en la habitación de al lado, y no se habría perdonado despertarla estando enferma... pero hubo una idea demoledora que le empezaba a nacer en la cabeza; estaba pasando algo malo; ¿Por qué, sino, la puerta de la habitación de la niña, cuando antes había ido Susana hacía la suya, estaba cerrada, en pleno verano? Y ahora que lo pensaba; ¿quién había cerrado la suya? Estaba segura de que la había dejado abierta. Y... ¿por qué no había visto a Julita hasta ahora? Eran cosas en las que no había caído hasta ahora.


Empezó a aporrear la puerta, y a una milésima de segundo se quedó de empezar a gritar, cuando alguien, desde el otro, abrió la puerta dandole un golpe con el hombro.


- ¿Qué pasa?


Ani había entrado en la habitación, alterada.


- ¡Me habeis encerrao!- Le gritó Susana, con su particular acento.
- ¿Qué? ¿no has cerrao tú?
- ¡NO!
- Ah, no te lo había dicho... es que la puerta se atranca y luego no hay forma de abrirla.
- ¡Pero yo no...!
- Habrá sido el viento. Lo raro es que no haya dado portazo... o lo mismo ni nos hemos enterao, porque estábamos fritos...


Susana no sabía qué pensar.

- ¿Qué pasa, mamá?

Julia se había despertado, al igual que Mariana, que miraba la escena, callada, desde su puerta.

- ¡Julia! ¿Cómo estás? ¡Estarás contenta, Susana!
- ¡Julia, vete a tu cuerto! - Le soltó, de mala gana, la abuela Mariana.

La luz del pasillo estaba encendida, así que se veía todo perfectamente. La intranquila Susana se fijó fijamente en su sobrina. No tenía muy buen aspecto y estaba justo debajo de una de las luminarias. Se la veía pálida, como la cera.


A Susana le llamó mucho la atención el que tuviese los ojos tan abiertos y que en aquella situación se le viesen tan nítidamente. Se fijó en ellos intensamente, como el marchante que observa un buen cuadro. Un escalofrío recorrió su cuerpo.

- ¡Vamos, a dormir! - Mariana cogió a la niña de la muñeca. Toda la escena ocurrió muy rápidamente.


- Hermana... Mañana hablaremos. Ahora vete a tu cuarto y no te muevas de ahí, ¿te enteras? - Ani estaba enfadada; siempre tuvo muy mal despertar, y si a eso le unimos el que hubiesen despertado a su hija enferma de tal forma, el susto que se había llevado, y la simple idea de que Mariana ya no se volviese a dormir, como ella misma decía que le pasaba siempre que se despertaba en mitad de la noche... Todo era un cúmulo de cosas demasiado subrrealistas para ella.


Susana ya estaba en su cama, sabiendo que ya no volvería a dormirse. Tenía clavados en la retina los ojos de la niña, negros como un pozo. No lograba quitárselos de la cabeza.


Solamente podía pensar en Julita, en como era la última vez que la vió, en cómo tenía el pelo, en que parecía que le había cambiado la voz... pero sobretodo en sus inmensos ojos azules como el cielo... En que la que había visto... era otra niña.