martes, 9 de diciembre de 2008

Perdóname

La hizo llorar... Él no quiso hacerlo, pero la hizo llorar...

Había surgido el tema de la otra parte de la familia, los despredicios que ella, su madre, decía que le hacían a él, su hijo... y que tan poco le importaban a éste.

Él le decía que le daba lo mismo, y que vivía su vida... Ella callaba...

Sus labios empezaron a probar sus propias lágrimas, que caían sin querer por su cara. Sabía que su hijo no entendería su rabia hasta que él fuese padre... y que entonces recordaría sus lágrimas.

El padre pensó que lo mas adecuado sería volver a casa. Su hijo volvió a ponerse en el asiento del copiloto para dejar que el que condujese fuera su progenitor. Para cuando llegasen a casa estarían los ánimos más calmados...


Cerca de allí, también en aquella parte de la ciudad en la que se estaba construyendo nuevas viviendas y dónde los novatos intentaban aprender a conducir, una pareja empezó a discutir...
Hasta que él le tapó dulcemente la boca a ella, y luego la sonrió... Era su forma de decir que discutir no servía de nada... Era su modo de pedir perdón.



Amaral- Perdóname

Perdóname...
por todos mis errores...
por mis mil contradicciones...
por las puertas que crucé...

Disculpame...
por quererte igual que antes...
y por no poder callarme...
ni siquiera hoy lo haré...

Hay...
demasiados corazones sin consuelo...
y es demasiado frío este momento...
cuando siento que te pierdo...

Entiéndeme...
por todas mis locuras...
que fueron la mitad mas una...
de las que te he visto hacer...

Discúlpame...
si te duele lo que veo...
demasiados buitres negros...
tu eres demasiado bueno para ellos...

tu eres demasiado bueno para ellos...

Hay...
demasiados corazones sin consuelo...
y es demasiado frío este momento...
cuando siento que te pierdo...

Hay...
demasiados corazones sin consuelo...
y es demasiado frío este momento...

Hay...
demasiados corazones sin consuelo...
y es demasiado frío este momento...
cuando siento que te pierdo...