martes, 30 de septiembre de 2008

Pasión

Él la llevaba en brazos. Ella se dejaba llevar... y besar.


Llegaron al dormitorio, y Él la posó sobre la cama. Para quitarse los zapatos, se dió la vuelta, de forma que vio la cajonera que había pegando a la pared, justo debajo de aquel espejo colgado. Se percató de que había una foto boca abajo. Sin si quiera proponérselo, se puso a sonreír. Sabía que allí había una foto del marido de Ella.


Cuando ya estaban en la cama, empezaron a besarse como si les fuera la vida en ello. Ella se levantó de repente, y le pidió a Él que esperase un poco, que tenía una sorpresa.


Al poco tiempo, vino con un recipiente de nata, unas pocas fresas y, en una cubitera, una botella de champán. Lo tenía todo planeado.


Empezaron a jugar, a divertirse y a rociar su cuerpos con un poquito del champán. Ninguno de los dos había hecho nunca algo así. Se lo estaban pasando en grande.



Al cabo de su debido tiempo, cansados ya de tanta fresa, nata y champán, empezó la verdadera acción. El juego resultó un mero calentamiento.


Él era de esos a los que les gusta dejarse hacer... hasta ese día. Sabía perfectamente que Ella quería ser, aunque sólo fuera por una vez, la que se dejaba hacer, y quería compracerla y tomar las riendas.





Ella estaba disfrutando como nunca. Le gustaba hacerlo con un desconocido. Además, sabía que su marido no iba a aparecer, así que no tenía prisa...


La noche fue pasando, pero el éxtasis no disminuyó. Los dos querían más...


A Ella ya le resultaba imposible aguantarse los gemidos. Estaba explotando...


Él, por su parte, siguió con la misma potencia, la cual estaba volviendo loca a su amante.


Ya era imposible seguir así. El éxtasis llegó a su dulce final. Fue tan espectacular como al descorchar una botella de champán.


Los dos acabaron rendidos, y se pusieron a dormir. Al amanecer ya no eran Él y Ella, eran María y Bruno, dos personas normales.

- Hola, cariño. ¿Te ha gustado el experimento?- Preguntó Bruno


- Ha sido la mejor idea de mi vida.

Ya se quitaron las caretas y dejaron de actuar, volvieron a la realidad. Una realidad de un matrimonio normal y corriente que decidieron adoptar los roles apropiados una noche apropiada... y con las personas apropiadas.


FIN


martes, 23 de septiembre de 2008

Post 100 % espontáneo

Me estaba preguntando que clase de post hacer (se me había ocurrido hacer un post tipo novela y todo...), y he llegado a la conclusión de que lo mejor será escribir lo que me salga en el momento. Y si queda como un "churro", como decís ahora los terrícolas, pues habrá que comprar tazas para todos y chocolate Paladín.



Claudia estaba preparando el pan y la pasta. No tenía necesidad de hacerlo porque podría comprarlos, pero le gustaba y disfrutaba haciéndolo, porque experimentaba con ellos y le podía añadir lo que ella quisiese. A Claudia le gustaba ser una hippie alimenticia.

Ya había amasado el pan, y lo estaba poniendo en un recipiente, con un paño encima, para que reposase (ella siempre supo que todo el mundo necesitaba reposar después de ser amasado).

Llamaron a la argolla de la puerta principal. El ambiente empezó a "tensionarse"...

A Claudia le empezaron a temblar las piernas. Sabía que el único que llamaría a su puerta tan temprano sería su hermano Ginés. Seguramente venía para pedirle dinero...

- ¿Qué quieres?- Le dijo ella, cuando abrió la puerta.

- Dinero... sabes que no es plato de buen gusto pedirte nada...

- ¿Y para qué lo quieres ahora?

- No tengo casi comida...

- Pues ya está. Te doy el pan que estoy haciendo y listo...- Le replicó Claudia, aunque ella bien sabía que el dinero no era para eso...

- ...

- Mira, Ginés, no voy a darte dinero. Y menos para lo que tú y yo sabemos.

- Pero... ¡Es una necesidad!, y sabes que ya casi ni vengo....

Claudia se dio cuenta de que su hermano tenía más callos en los brazos. Eso era señal de que se seguía pinchando, porque cuando te pinchas demasiadas veces en un mismo punto, se acaba formando un callo.

Claudia le cerró la puerta, y quizás parecerá extraño, pero no tenía remordimientos por hacerlo.

Al caer la noche, alguien tiró una piedra a la ventana de su habitacion que rompió el cristal. Dicha piedra era de tamaño considerable. Ella vivía sola, con lo cual el miedo la dejó paralizada. Sabía que nadie estaba ahí para protegerla.

Oyó la voz de su hermano, insultándola, ya no sólo a ella, sino también al hijo que perdió... A Claudia le estaba dando un ataque de ansiedad... hasta que todo se calmó de repente.

A la noche siguiente, ocurrió igual, y a la siguiente, y a la siguiente. Claudia empezaba a desear la muerte a su hermano... hasta que un día todo cambió. Ginés ya no vino más. Ella sabía que su hermano había muerto, pero no le importaba. En éstos últimos días le acumuló tanto odio que incluso se sintió aliviada.

A la mañana siguiente, Claudia siguió haciendose su propio pan, como si nada hubiese ocurrido...

Psd: Yo mismo me he dado cuenta de que el texto ha pasado de ser una cosa o ser otra (o esa sensación tengo). Pero no voy a corregirlo, porque no sería tan espontáneo si lo hiciera, además tengo prisa por comprar las tazas...

martes, 2 de septiembre de 2008

Formas de ver la paleontología

1, Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí...



-Augusto (Tito) Monterroso-



... tirado. Resulta que la noche anterior hubo fiesta en la facultad, y a Ned, el amigo inseparable de Johnny, (y que no pertenecía a dicha facultad) no se le ocurrió otra cosa que traerse un bolsón lleno de ropa (la cual era mayoritariamente verde, su color favorito).



Conforme fue pasando la noche, se fueron acabando el whiskey, el ron y la cerveza, y Ned se fue poniendo lo que encontraba en el bolsón, mientras que Johnny no probaba ni gota. Al final acabó con una melopea tan monumental que se puso toda la ropa que trajo, y no paraba de decir "Soy un dinosaurio", "¿A que parezco un dinosaurio?". Como suele pasar en estas ocasiones, al principio la gente se lo tomó a guasa, hasta que empezó a dar vergüenza...



Menuda la que le esperaba a Ned cuando, al abrir los ojos, vio que media facultad le estaba observando medio abochornada, medio muerta de la risa (y mayoritariamente sobria)...



A Johnny se le escapó, entre dientes un "Maldito dinosaurio..."



2, Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí...

..., aunque parecía inmóvil... Claire sabía que tenía que salir de allí cuanto antes.



Procurando no hacer ruido, se puso en pie. Los nervios le hacían temblar las piernas...



¡No, la mochila estaba a 5 centímetros del monstruo! Claire sabía que si no la cogía acabaría muriendo de sed o de hambre. Se armó de valor y...



- ¡Pero bueno! Así que estabas aquí, ¿eh?



A Claire le entró el pánico, ¡un dinosaurio había venido a comérsela! Ya no tenía escapatoria...



- ¡Claire, sube ya aquí! Si te hubiese pasado algo...



Ella alzó la cabeza, y entre las ramas de un árbol y encima del terraplen y agarrada a la valla, reconoció a su profesora.



- ¡Está visto que contigo no se pueden hacer excursiones! Ya la liaste en el Selwo, y ahora aquí... ¡Y yo que pensaba que si os levaba al parque de las esculturas de los dinosaurios os portaríais bien!



A Claire le esperaba un a buena bronca...



3, Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí...

..., ¡que majo que era aquel animalito!. Al despertar, a la pequeña de la familia le encantaba encontrarse con su mascota. Eso le hacía feliz...





(¿Cuál os ha gustado más?)

Actualización: http://sandra-becerril.blogspot.com/2007/07/cuando-despert-el-dinosaurio-todava_30.html