martes, 8 de junio de 2010

Para todos los que alguna vez se han preguntado si hoy se quieren algo

Se levantó una mañana, con dolor de cabeza, y remordimientos. La noche anterior la recordaba con olor a sudor y a lubricante. Tenía un sabor amargo en la boca, y no quería recordar por qué. Se miró al espejo..., y se puso a llorar.



Mecano: Cuerpo y corazón
Dedicado a todas y cada una de esas personas que pudieran sentirse identificadas.



De las amigas y el pasado,
guardé el recuerdo en la canción;
Las fotos del bachillerato,
y los buenos ratos.

No sé el momento ni la razón
en que puse a la venta
Cuerpo y corazón.

No sé el momento ni la razón;
por las esquinas del amor.
Viviendo de las inyecciones;
suero de erecciones y sudor.

Y a la mañana
yo ya no sé si hoy
Me quiero algo.

Y los bandidos llaman zorras
a las que viven como yo;
Lo que otras cobran en roperos,
joyas o cruceros.

No sé el momento ni la razón,
en que puse a la venta
Cuerpo y corazón.

Y yo maldigo a aquel primero,
y a la madre que me parió;
A la dureza del dinero,
y al momento de la soledad;
Por la mañana...

Yo ya no sé si hoy
me quiero algo...

lunes, 26 de abril de 2010

La oscura pasión


La conocí hacía años, en una simple taberna. Fuimos pareja durante cierto tiempo, pero luego rompimos y perdimos el contacto... hasta ayer.

Vino a mi casa, diciéndome que ya, por fin, estaba interesada en cumplir aquello que le propuse, y que propició nuestro fin. No me lo podía creer... ¡mi búsqueda había concluído!.

En mi mismo salón hicimos el amor, sobre la gigantesca mesa de ébano, teniendo como testigo a uno de mis cuadros, si bien es cierto que no era el de la imagen más mortuoria.
Aquel cuadro ejercía una fuerza sobrehumana en mi ser. Era verlo y quedarme tan o más extasiado como el drogadicto después de su dósis. Aquella calavera, tan perfecta y sublime me maravillaba.
Debo reconocer que lo demás del cuadro no me llamaba mucho la atención; no era demasiado de mi gusto. Era... demasiado "suave", no tan tétrico como a mí me gusta. Pero esa calavera... Dios, no sabría explicar lo que provocaba en mí.
Volviendo a lo que nos ocupaba, decirles que le dije a mi acompañante que me llamase de cierta forma al oído, que aquello me excitaría; mas no falté a mi promesa.

Ella no era como las demás; su cuerpo anoréxico me excitaba en exceso, me encantaba que se le notasen tanto los huesos; me atraía de forma enfermiza, era una filia para mí. Tenía todo el aspecto de una muerta..., era lo que más me gustaba de ella. Y sus ojos, sin brillo, inertes, como muertos, eran el mismo nirvana.

Le empezé a acariciar el cuello. Era tan blanco, tan esbelto... Empezé a estrangularla, a zarandearla, haciendo que se golpease la cabeza con la mesa, hasta sangrar. Era cuando más estábamos disfrutando. La apretaba con toda mi fuerza, mientras que a ella se le veía la lujuria, el placer en los ojos.

Cuando noté que ya había dejado de respirar, eyaculé. Estaba sonriendo, se la veía más guapa que nunca. Por fin iba yo a cumplir lo que había planeado durante tanto tiempo, se iba a cumplir mi sueño. Mas no fue casualidad que le pidiese que me llamara al oído como se llamaba Jack el destripador...

miércoles, 24 de marzo de 2010

Que es un regreso; que es un retorno.

"Vengo del fondo oscuro de una noche implacable
y contemplo los astros con un gesto de asombro.
Al llegar a tu puerta me confieso culpable
y una paloma blanca se me posa en el hombro.
Mi corazón humilde se detiene en tu puerta

con la mano extendida como un viejo mendigo;
y tu perro me ladra de alegría en la huerta,
porque, a pesar de todo, sigue siendo mi amigo.
Al fin creció el rosal aquel que no crecía

y ahora ofrece sus rosas tras la verja de hierro:
Yo también he cambiado mucho desde aquel día,
pues no tienen estrellas las noches del destierro.
Quizás tu alma está abierta tras la puerta cerrada;

pero al abrir tu puerta, como se abre a un mendigo,
mírame dulcemente, sin preguntarme nada, y sabrás que no he vuelto...
¡porque estaba contigo!"

POEMA DEL REGRESO

José Ángel Buesa

- Guau...

- ¿Te gusta, eh?

- Sabes que sí.

J. estaba echado en el césped, sentado, manteniendo el libro de poemas sobre las piernas. A. lo escuchaba atentamente, tumbado en el manto verde, mirando al cielo.

- Mira, otro que te va a gustar...

"Vivir sin tus caricias es mucho desamparo;
vivir sin tus palabras es mucha soledad;
vivir sin tu amoroso mirar, ingenuo y claro,
es mucha oscuridad...
Vuelvo pálida novia, que solías

mi retorno esperar tan de mañana,
con la misma canción que preferías
y la misma ternura de otros días
y el mismo amor de siempre, a tu ventana.

Y elijo para verte, en delicada
complicidad con la Naturaleza,
una tarde como ésta: desmayada
en un lecho de lilas, e impregnada
de cierta aristocrática tristeza.

¡Vuelvo a ti con los dedos enlazados
en actitud de súplica y anhelo, como siempre,
y mis labios no cansados de alabarte,
y mis ojos obstinados en ver los tuyos a través del cielo!
Recíbeme tranquila, sin encono,
mostrando el deje suave de una hermana;
murmura un apacible: "Te perdono",
y déjame dormir con abandono,en tu noble regazo, hasta mañana..."


El retorno

Amado Nervo

A. se deshizo en halagos ante tal poema.

- Oye... ¿Qué es regresar?

- ¿Cómo?

- Sí, ¿qué es regresar? ¿Se puede decir que es volver a cierto punto?

- Sí, claro.

- ¿Y qué es retornar?

- Ummm... ¿Lo mismo?

- ¿Y por qué tantas palabras para decir lo mismo?

J. se quedó pensativo, no sabía qué decir.

- Ya lo tengo: Regresar es recordar; retornar es olvidar.

- ... ¿Por?

Ahora el pensativo era A.

- Mira, si volvemos a cierto punto, puede ser porque lo recordásemos; pero también puede ser que hayamos regresado, o retornado, por casualidad.

- Entiendo... Más o menos...

- Con el amor y con el odio pasa lo mismo; puedes querer porque quieres querer, o puedes querer sin tú quererlo. Y puedes odiar por querer odiar; u odiar sin tu quererlo.

- Entonces... No te pillo...

- Mira; amar es querer regresar al edén, y odiar retornar al infierno.

- Bueno, no siempre...

- El caso es que puedes acabar en el edén sin tu quererlo, y que por no quererlo acabes retornando al infierno.

Se quedaron un rato callados.

- Oye... ¿Qué es el infierno?

- Es... digo yo que es retornar a explicar qué es retornar y qué regresar.

Ambos se rieron.

Poco tardaron en regresar a casa...

FIN

Llevaba casi seis meses sin actualizar. Seis meses largos, cortos, aburridos, entretenidos, raros, normales... Seis meses. Y hoy, por fin..., retorno.